PENSANDO EL EMPIRISMO (DE HUME) A TRAVÉS DE UNA NANA.

(A modo de plagio, documento basado en la obra Sólo sé que no se nada, de M.Güell Barcel)

Los empiristas enseñan cosas muy interesantes para pensar en el conocimiento humano. Las obras más representativas de los autores que conforman esta corriente moderna lo atestiguan:

• Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano (1690).

• Hume, Investigación sobre el entendimiento humano (1748).

• Berkeley, Tratado sobre los principios del conocimiento humano (1710).

Aunque sus intereses fueron muy disperos, y las cuestiones morales y políticas, fueron centrales, vamos a tratar hoy el conocimiento. Entre otros principios que debéis conocer, recordaremos lo siguiente: La única razón para creer una cosa (“que el sol sale cada mañana”) u otra (“que cualquier noche sale el sol”) es la costumbre. Vamos a detenernos en esto, de la misma manera estamos acostumbrado a pensar que un cuento infantil es un cuentito inocente para niños o tal vez una manera de inculcar miedos a nuestros hijos con el fin de que a éstos aprendan qué está bien y qué esta mal. Por ejemplo,

• “Los siete cabrtillos”, de Perrault, nos enseña que tenemos que hacer caso a las advertencias de nuestros padres (ya sea, padre, madre, tutor legal o los profesores o el estado, etc.);

• Con “Caperucita Roja”, conocimos al lobo feroz, tanto en la versión erótica de Perrault, como en la más descafeinada de los hermanos Grimm, sólo se busca la lección moral: desconfía del

desconocido, del otro, del diferente.

Sin embargo, todo es una costumbre, un hábito mental, que pertenece a la mente humana y sólo a ella, no a la naturaleza, como dirían los autores británicos, a la realidad, como dirían los metafísicos racionalistas. Ahora intentaré ilustrar esto que digo. Ahora bien, para explicarlo nos remitimos, no a un cuento, si no a una nana (¡uno tiene que recurrir a lo que le pasa en su vida!). Prestad atención a la dulce música y a la letra. (Ésta la tenéis al final del documento) .

Muchas cosas se pueden analizar de esta canción.

1. Lo primero la versión que os he traído. Nadie en su sano juicio, si apelamos a la imagen que tenemos del cantante Albert Plá, se atrevería a afirmar que es capaz de editar un disco de nanas. Los hechos, la vida del autor, su historia personal y como cantante, nos parecerían indicar que resulta imposible hallar una causa para este hecho. Es como si en nuestra mente no cupiera tal conexión de ideas.

Imposible admitir en nuestra mente, que un tipo así, cante nanas (y de manera tan genial). Y, sin embargo, es así, es un hecho bien verificable, está delante de vosotros, lo habéis oído. En realidad se trata de distinguir cuestiones de hecho (hechos de la experiencia), de las relaciones de ideas (proceder de la mente). En estas últimas encontramos las tres leyes con la que nuestra mente forma sus ideas (ley de la causa y el efecto, ley de contigüidad, ley de semejanza).

2. Segundo. La nana en sí. Como antes dijimos, una nana debería ser otra cosa. En una nana no caben en una misma casa, Frankestein, Drácula, el Hombre Lobo junto a Caperucita, Pinocho, Peter Pan, etcétera. Y, además, ¿todos en la casa del niño?, ¿en la habitación, incluso?, todos mezclados, los buenos y los malos, los héroes y los anti-heroes, los inocentes con los crápulas, asesinos, monstruos, etc. ¿Y quién cantará esta nana a su hijo?, ¿quién en su sano juicio le dirá, por ejemplo:

Oh, benvinguts, passeu passeu, de les tristors en farem fum,/a casa meva és casa vostra si que hi ha cases d'algú (de las tristezas haremos humo, mi casa es vuestra casa, si es que hay casa de alguien)? A un niño se le dicen otras cosas: “Duermete, duermete niño, que viene el lobo y te comerá” y esas cosas. Las cosas reales, pero, pensadlo bien, ¿qué es más real, qué es mejor para la mente de un niño...?

3. Lo último es el tema estrella del empirismo, en este caso de Hume. La cuestión de que cualquier noche sale el sol. En lo que sigue tomo como referencia directa el libro citado al principio. Para Hume, que el sol no saldrá mañana no es una proposición menos inteligible ni implica más contradicciones que la afirmación de que saldrá. Cuando se afirma que el sol podría no salir mañana, solo quiere recordarnos que todos nuestros razonamientos sobre las causas y los efectos de la naturaleza provienen únicamente de la costumbre y que la creencia nace de esta convinción psicológica que nos hace esperar relaciones invariables entre los elementos diferentes que la forman. Es el reproche del escéptico que invalida los cimientos de la ciencia moderna, como mínimo, lógicamente, el principio de inducción.

Todos los empiristas afirman: todo conocimiento ha de remitirse a la experiencia. La experiencia es el origen del conocimiento humano. También es su límite. Hume reduce todo conocimiento, en cuanto tal, a «impresiones» e «ideas». Admite dos tipos de verdades: «verdades de hecho» y «relación de ideas». Toda idea ha de poder ser reducida a una impresión correspondiente.

Cuando una idea surge de la relación entre ideas, su contenido de realidad ha de depender de las impresiones que la motivan. Si no encontramos dichas impresiones se debe rechazar como producto de la mera imaginación sin contenido de realidad alguno. Tal ocurre con la idea de sustancia y la idea de causa.  Esto hay que saberlo.

Pero, en otra vuelta de tuerca, se podría plantear incluso lo siguiente: partir de la experiencia, para acabar en la experiencia, si se pasa por la mente humana, no es tan fácil de concebir. Es como si en la mente humana, una tablilla rasa, una pizarra en blanco (como ilustraba Locke), tal y como lo conciben los empiristas, ocurren cosas fascinantes que se convierte en hechos extraordinarios, raros, inexplicables, como este disco, como que alguien explique parte del empirismo con una nana cantada por Albert Plá. ¿O no? 

LETRA DE LA CANCIÓN.

CUALQUIER NOCHE PUEDE SALIR EL SOL

Hace una noche clara y tranquila, está la luna que da luz,

los invitados van llegando y van llenando toda la casa

de colores y de perfumes.

Hete aquí a Blancanieves, Pulgarcito, los Tres Cerditos

el perro Snoopy y su secretario Emilio, y Simbad,

Ali babá y Gullivert.

Oh, bienvenidos, pasad, pasad, de las tristezas haremos humo

mi casa es vuestra casa, si es que hay casas de alguien.

Hola Jaimito, y doña Urraca, y Carpanta y Barbazul,

Frankenstein y el Hombre Lobo, el conde Drácula y Tarzán,

la mona Chita y Peter Pan,

la señorita Marieta del ojo vivo viene con un soldado,

los Reyes de Oriente, Papa Noel, el pato Donald y Pascual,

la Pepa Maca y Superman.

 

Buenas noches señor King Kong, señor Asterix y Taxi-Key,

Roberto Alcázar y Pedrín, el Hombre del Saco y Patufet,

Señor Charlot, señor Obélix,

Pinocho viene con la Moños cogida del brazo,

está la mujer que vende globos, la familia Ulises

y el Capitán Trueno en patinete.

Y a las doce han llegado la hada buena y la Cenicienta,

Tom y Jerry, la bruja Calixta, Bambi y Moby Dick

y la emperatriz Sissí,

y Mortadelo y Filmeón, y Guillermo Brown y Guillermo Tell,

la Caperucita roja, el Lobo Feroz y el 'Caganer'

Cocoliso y Popeye.

Oh, bienvenidos, pasad, pasad, ahora ya no falta nadie,

o quizás sí, ya me doy cuenta que sólo faltas tú,

también puedes venir si quieres, te esperamos, hay sitio para todos

el tiempo no cuenta, ni el espacio, cualquier noche puede salir el sol.

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